El Gobierno mexicano destituyó el lunes de forma fulminante al máximo responsable de medir la pobreza y de evaluar su política social. El secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), Gonzalo Hernández Licona, sale del organismo tras dirigirlo desde su creación hace 13 años y pocos días después de criticar en una columna periodística el impacto de la política de austeridad del Ejecutivo. El presidente Andrés Manuel López Obrador ha rechazado este martes en rueda de prensa que la decisión esté conectada con las críticas y la ha atribuido al largo periodo del funcionario al frente del organismo: «Terminó su ciclo».
Ante el revuelo provocado por la destitución, López Obrador ha dicho que esta fue propuesta por la secretaria de Bienestar, María Luisa Albores, de la que depende el organismo, y ha valorado la experiencia del sustituto, el también economista José Nabor, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Además, el mandatario ha asegurado que la decisión se tomó antes de la publicación de la columna. «No sé cuándo escribió su artículo, lo ha de haber escrito hace 15 días y esta decisión se tomó hace más de un mes», ha declarado.
Sin embargo, Hernández Licona asegura a este diario que las tensiones preceden a la publicación del artículo. «Lo venía diciendo desde hace dos meses», afirma en entrevista, un día después de su cese. «Los recortes pueden afectar gravemente a la institución». Durante ese tiempo intentó reunirse con la secretaria de Bienestar para tratar el problema presupuestario, pero no obtuvo respuesta.
Tras su cese, voces de distintos ámbitos han mostrado su preocupación por el impacto de los ajustes en los organismos encargados de evaluar los programas federales. La patronal Coparmex criticó el lunes en un comunicado los ahorros «sin sentido» y advirtió de que estos pueden «eliminar» la capacidad de evaluación del Estado. Frente a las críticas, la Secretaría de Bienestar minimizó el lunes en un comunicado el impacto de los ajustes y afirmó que el Coneval cuenta con «la suficiencia presupuestaria» para llevar a cabo sus investigaciones.
La polémica política de austeridad implementada desde enero para reducir una burocracia que el presidente ha comparado con un «elefante reumático» ha provocado tensiones importantes dentro del propio Gobierno. Estas culminaron hace unas semanas con el portazo del secretario de Hacienda, Carlos Urzúa. En su carta de renuncia, el funcionario criticó duramente al Gobierno por tomar decisiones «sin sustento» y por la imposición de funcionarios poco preparados.
Los primeros meses de política social del nuevo Gobierno han dejado un balance mixto, de acuerdo con Hernández Licona. El economista se muestra crítico con la eliminación del programa Prospera para combatir la pobreza y con la preferencia del Ejecutivo por las transferencias monetarias directas a la población necesitada. «No basta con dar becas; falta también que las escuelas sean de calidad», dice. Una preocupación que transmitió a la Administración con resultados mixtos. «En algunas Secretarías ha habido mucha apertura y en otras no tanto», asegura.
López Obrador se ha mostrado crítico en varias ocasiones con los organismos autónomos, entes del Gobierno federal que mantienen un alto margen de independencia y que el mandatario ha tildado de «gran farsa». En febrero acusó de tener conflictos de interés al presidente de la Comisión Reguladora de Energía, Guillermo García-Alcocer, quien había criticado previamente los recortes del Gobierno.
Tras varios meses de vaivenes, el funcionario acabó por renunciar en junio. Pese a estos antecedentes, Hernández Licona no se muestra preocupado por la independencia del Coneval, esencial para evaluar al Gobierno, al valorar la permanencia en sus puestos de los académicos que integran el comité directivo.