Los varones son más propensos a padecer hipertensión arterial que las mujeres, ya que mientras éstas tienen factor protector cardiovascular por las hormonas, los hombres llevan un estilo de vida más agitado, informa la Secretaría de Salud y Bienestar Social.
Sin embargo, la alteración en la presión arterial en la mujer está aumentando por el consumo del tabaco y la obesidad.
En el marco del Día Mundial de la Hipertensión Arterial, la institución de salud cita que la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 indica que en Colima la prevalencia del padecimiento llamado “asesino silencioso” es de 33.3% en varones y de 30.8% en mujeres.
En México, 22.4 millones de personas padecen la hipertensión, de las cuales 5 de cada 10 son mayores de 50 años. Y del total de personas con diagnóstico, menos del 50% (8.2 millones) están bajo tratamiento.
Añadió que la frecuencia de aparición se hace más presente después de los 55 años de edad y un poco antes en el caso de la mujer, sobre todo cuando ésta deja de menstruar.
Sintetizó que la obesidad, el sedentarismo, la dieta rica en grasas, el consumo excesivo de sal y alcohol, además de la cuestión genética, son los factores de riesgo que pueden causar la hipertensión arterial, misma que está definida como una enfermedad crónica en la que aumenta la presión con la que el corazón bombea sangre a las arterias para que circule por todo el cuerpo.
Los síntomas como dolor en la cabeza, agudeza visual o dificultad para ver, destellos luminosos o “estrellitas” al momento de estar viendo y pequeños zumbidos en ambos oídos indican que existe un incremento súbito en la presión arterial. Otras señales son palpitaciones o brincos en el pecho y somnolencia excesiva, así como dificultad respiratoria, opresión en el pecho y falta de aire al caminar.
No obstante, la forma de diagnosticar la hipertensión no es con síntomas, sino tomando la presión arterial, misma que se mide en diferentes condiciones: esperarse sentado el paciente aproximadamente de 5 a 10 minutos, medir la presión del brazo derecho y del izquierdo, así como tomarla de pie o de cubito dorsal.
En este sentido, la presión arterial normal óptima es aquella que se encuentra en 120/80 milímetros de mercurio, sin que sea esto menor de 90 y 60 milímetros; mientras que la presión normal oscila entre 130 y 85 y la pre-hipertensión va de 130 a 139 y de 86 a 89, por lo que habría hipertensión arterial cuando es igual o mayor a 140/90 milímetros de mercurio.
Para evitar la aparición de la hipertensión arterial, se requiere llevar el control de peso, realizar actividad física, reducir el consumo de alcohol y sal y hacer la ingesta adecuada de potasio y una alimentación equilibrada.
El aumento en la ingesta de potasio reduce significativamente la hipertensión arterial en los adultos. Se encuentra en una gran variedad de alimentos no refinados, frijol, frutas secas, espinaca, col y perejil, así como en frutas como el plátano, papaya y dátil.
Al respecto, la Organización Mundial de la Salud recomienda aumentar el consumo de potasio a través de los alimentos al menos 3 mil 500 miligramos diarios en adultos.
De la misma manera, la Secretaría de Salud precisó que el exceso de sal provoca aumento de la presión osmótica sanguínea, por retención de líquidos, y puede dañar los riñones e incrementar las posibilidades de hipertensión, por lo que se sugiere reducir la ingesta de sal a menos de 5 gramos al día (lo equivalente a menos de una cucharadita de café).
Para ayudar al control de la tensión arterial, dijo que es recomendable también realizar actividad física, como trotar, caminar o andar en bicicleta, toda vez que favorece la buena circulación y ayuda a lograr la oxigenación adecuada, además de eliminar grasas malas.
Reiteró que el aumento de la presión arterial afecta en el largo plazo al corazón, por lo que es un factor de alto riesgo para la enfermedad cardiovascular (infarto de miocardio y enfermedad vascular cerebral