Tras realizarse la primera audiencia de Andrés “N”, del feminicida serial de Atizapán de Zaragoza, tras cuatro horas y 20 minutos se dictó prisión preventiva y fue vinculado a proceso en los en juzgados del penal de Barrientos en Tlalnepantla, donde está recluido; sin embargo ahora han aumentado a siete las víctimas, según su primera declaración, sin embargo los peritos analizarán todos los restos óseos para determinar el número exacto.

Aunque sus abogados le sugirieron reservarse su derecho a declarar, expresó: “lo hecho hecho está, sólo quiero decir la verdad, ahí está el esposo (de Reyna), él vio todo”. Sólo lloró cuando le dijeron que por los delitos señalados no saldría de prisión, pero no lo hizo cuando narró cómo mató y destazó una a una a sus víctimas.

Detalló que las elegía por bonitas pero las mataba cuando lo rechazaban, por eso quería conservar sus rostros, los arrancaba con gran cuidado junto a su cuero cabelludo, tras apuñalarlas en el corazón.

Detalló que su primera víctima fue Norma “N”, desaparecida el 6 de agosto de 2011 en el municipio de Tlalnepantla, Estado de México. De acuerdo a su ficha de desaparición, trabajaba en un bar denominado “El Barrigón”.

Se segunda víctima fue Berenice Sánchez Olvera, ella tendría alrededor de 20 años y trabajaba en el bar denominado “El Marinero”.

A dos mujeres más también las cortejó y de nueva cuenta lo rechazaron para tener una relación sentimental: Alyn y Gardenia, las conoció en el Bar “El Barrigón”, mujeres de las cuales, no se tiene una ficha de identificación.

Al igual que estas mujeres, en 2016 conoció en otro bar a Flor Ninive, quien también trabajaba como mesera, la invitaba a comer y le daba regalos, sin embargo también ella se negó a ser su pareja sentimental por lo que la asesinó en octubre de ese año.

Rubicela, era repartidora de aplicación de comida por teléfono, a ella la vio ir por un pedido a un restaurante y ahí la secuestró, le gustó tanto que también la quería sólo para él, acabó con su vida en 2019.

Bruno, esposo de Reyna González, la víctima por quien fue descubierto, rindió su declaración donde narró que se despidió de su esposa el viernes a las cinco de la mañana y luego se fue a trabajar, ella le dijo que ese día iría a comprar refacciones para celulares ya que a eso se dedicaba, por lo que se quedó de ver con Andrés, pero ella nunca regresó, al otro día ingresó a la fuerza al domicilio del sujeto de 72 años, encontrando la dantesca escena de su esposa cercenada sobre una mesa del comedor.

El esposo de Reyna González, madre de dos pequeñas hijas de cuatro y ocho años de edad, pidió que se deje de mencionar que ella tenía una relación con este hombre, explicó que era un amigo de la familia, que le tenían lástima y trataron de apoyarlo económicamente por ser de avanzada edad, por lo cual le tenían plena confianza.

“Mis hijas no pueden ver la televisión porque dicen que ella tenía una relación extra marital, lo cual no es cierto, no sé si él lo inventó”, dijo el hombre por el cual Andrés “N” logró ser detenido.

Todo México se horrorizó porque no era el único cuerpo, la policía encontró cráneos y varios huesos, pero lo más escalofriante fueron rostros desollados con cabelleras completas, estaban bien conservados.

La pericia de este hombre de 72 años al cortar la piel ahora se explica tras los testimonios de los vecinos que relataron que trabajó por varios años en un rastro de preparación de carne para consumo humano en Tlalnepantla. Los cortes para separar la piel del músculo eran muy precisos, además los conservaba con sal para eliminar la humedad y preservarlos en buenas condiciones.

En este domicilio en la calle Margaritas, de la colonia Lomas de San Miguel, durante las labores de campo fueron encontradas además maquillaje, ropa, zapatos de mujer, libretas con 29 nombres, herramientas de corte como cuchillos, machetes y una segueta, así como 20 grabaciones, presuntamente de los asesinatos que cometió.

Durante 20 años, Andrés “M” pudo haber asesinado y descuartizado a varias mujeres , según el registro de su libreta. Él mismo afirmó que también se las comía

El hombre aparentaba ser un vecino normal. Andrés “M” trabajó como presidente del Consejo de Participación Ciudadana en el Gobierno Municipal de Atizapán de Zaragoza.

“En el cateo que se realiza en la casa del sujeto imputado, hemos encontrado desgraciadamente diferentes indicios humanos: restos óseos, ropa de mujer, credenciales de elector otros elementos que nos hacen suponer que pudiese ser un feminicida serial”, aseveró.