Texcoco, México.- Políticas públicas participativas, que sirvan para empoderar a los agricultores, construir resiliencia en la ruralidad a través del acceso al crédito, a la innovación, a la ciencia y la tecnología, y para fortalecer la seguridad alimentaria, son la mejor manera de preservar el legado de Norman Borlaug, el agrónomo estadounidense que sentó las bases de la agricultura moderna, salvó del hambre a millones de personas y ganó el Nobel de la Paz en 1970.
En esas premisas coincidieron autoridades de la Fundación Premio Mundial de la Alimentación (WFP), del Centro International de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), ministros de Agricultura de las Américas, África y Asia, la canciller de México, el Director General del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y el Enviado Especial del Gobierno de Estados Unidos para la Seguridad Alimentaria Global, reunidos en el municipio mexicano de Texcoco.
A unos 30 kilómetros de la Ciudad de México, donde se encuentra la sede central del CIMMYT, parte de la asociación mundial de investigación agrícola CGIAR (Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional), se realizó el primer evento organizado por la WFP fuera de Estados Unidos de la serie de debates DIALOGUENEXT, que tuvo como título “Nutriendo la resiliencia de los Agricultores” y congregó a gestores públicos e investigadores de todo el mundo.
La serie de debates de la WPF se inscribe dentro de un esfuerzo institucional para llevar la discusión sobre el fortalecimiento de la agricultura y sus protagonistas a diversos lugares del mundo, en la huella trazada por Borlaug, con el objetivo de preservar su legado.
El evento fue abierto por la Jefa de Operaciones de la WPF, Mashal Husain, el Director General del CIMMYT, Bram Govaerts, y la Secretaria de Relaciones Exteriores de México, Alicia Bárcena, quienes destacaron el vigente legado de Borlaug, y la importancia de reforzar el trabajo compartido de centros académicos, gobiernos, organismos internacionales, entes de financiamiento y la sociedad civil organizada de modo de afianzar la seguridad alimentaria global y hacerlo de una forma cada vez más sostenible.
Husain y Govaerts, además, pusieron el acento, respectivamente, en la centralidad que deberían tener los agricultores, y la presencia, en el evento en la sede del CIMMYT, de invitados de los cinco continentes, todos vinculados a la investigación agropecuaria, las políticas públicas o el financiamiento.
La canciller Bárcena, en tanto, quien remarcó la importancia del trabajo de organismos internacionales como el IICA en la lucha por la seguridad alimentaria, hizo hincapié en la importancia y la relevancia del llamado “Sur Global” en su papel de grandes proveedores de comida para el mundo.
Cary Fowler, Enviado Especial para la Seguridad Alimentaria Global del Departamento de Estado estadounidense y ganador de la última edición del Premio Mundial de la Alimentación, considerado el Nobel de los temas relacionados con la agricultura y la producción de alimentos, enfatizó a su vez la importancia de políticas públicas de largo plazo y alianzas sólidas para hacer frente a la inseguridad alimentaria mediante estrategias que permitan construir sistemas alimentarios resilientes que, indicó, deben centrarse en el acceso a diversas variedades de cultivos resilientes al clima y el desarrollo de suelos sanos y fértiles.
Fowler puso como ejemplo el programa Visión para Cultivos y Suelos Adaptados (VACS), recientemente extendido a Guatemala, desde África, y que cuenta con apoyo del IICA.
El Director General del IICA, Manuel Otero, moderó en tanto el panel “Explorando Políticas y Prácticas para la Resiliencia Rural”, en el que participaron el Secretario de Agricultura y Desarrollo Rural de México, Víctor Villalobos; la Secretaria de Agricultura y Ganadería de Honduras, Laura Suazo; y el Ministro de Agricultura de Bangladesh, Mohammed Abdus Shahid.
En el panel, Suazo puso el acento en la Política de Estado lanzada por Honduras para el sector agropecuario, en los esfuerzos de su país para la disminución en las brechas de acceso a la información y las tecnologías de los pequeños agricultores, y en el incremento del financiamiento inclusivo.
Villalobos, a su turno, ofreció un panorama sobre los avances de México en materia de desarrollo e inclusión rural, los desafíos que el cambio climático impone a la agricultura y la expansión que experimentan las exportaciones del sector agropecuario de su país.
Otero también resaltó el trabajo de Borlaug, indicando que los esfuerzos de cooperación que el agrónomo estadounidense realizó junto al gobierno de su país, de México y entidades como la Fundación Rockefeller, constituyen ejemplos de “ciencia en acción” e “innovación para las personas”. Luego, mantuvo sendas reuniones con el secretario Villalobos y con quien lo reemplazará en el cargo desde el 1 de octubre, Julio Berdegué, una vez que asuma el gobierno de la electa presidenta Claudia Sheinbaum.
Otero y Berdegué se comprometieron a incrementar aún más el apoyo que el IICA presta al gobierno mexicano en materia de desarrollo agropecuario, rural y de vigilancia sanitaria.