Una producción agrícola sostenible requiere aumentar la fertilidad del suelo, la eficiencia en el uso del agua, garantizar el uso sostenible de los insumos y el manejo de los residuos orgánicos.
México, 22 de abril (IICA).- El uso de tecnologías apropiadas, la implementación de políticas públicas efectivas, programas de extensión eficaces y sistemas educativos sólidos, contribuyen a proteger los suelos cultivables y a intensificar la producción agrícola de manera sostenible, señaló Karen Montiel, especialista del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
Durante su participación en el seminario Iniciativa 4 por 1000: los suelos como base de la seguridad alimentaria y el clima, la Coordinadora del componente de agua y suelos del Proyecto Insignia de Resiliencia del IICA, advirtió que una producción agrícola sostenible requiere aumentar la fertilidad del suelo, la eficiencia en el uso del agua, garantizar el uso sostenible de los insumos y el manejo de los residuos orgánicos.
El seminario permitió el debate entre la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), instituciones públicas, internacionales, organizaciones civiles y campesinas sobre la iniciativa 4 por 1000, que propone mejorar la retención de carbono en los suelos a través de prácticas agrícolas que preserven la calidad de los suelos con el fin de mejorar la seguridad alimentaria, propiciar la adaptación al cambio climático y contribuir a la mitigación de gases de efecto invernadero.
Montiel destacó la necesidad de reforzar la gestión de conocimiento sobre la importancia del manejo apropiado de los suelos, mejorar los sistemas de información de suelos y documentar casos prácticos para contribuir a aumentar la productividad agrícola de forma sustentable.
«El reto actual consiste en duplicar la producción de alimentos con los mismos recursos para alimentar a una población creciente que alcanzará 9 mil millones de personas en el 2050 y eso no se podrá conseguir si no contamos con una agricultura sostenible en el largo plazo», dijo.
Señaló que tan solo en Mesoamérica se tiene un 26 por ciento de tierras afectadas por la degradación por lo que uno de los mayores retos es aumentar la productividad agrícola con la conservación de los ecosistemas y los recursos naturales.
En el seminario se presentaron casos de éxito en la mixteca oaxaqueña, de pasteurizadores en zona desértica del estado mexicano de Chihuahua, entre otros, con prácticas integrales que les permitieron tener suelos fértiles.
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