En las unidades médicas de la Secretaría de Salud y Bienestar Social del Gobierno del Estado se tienen más de cinco años con niños con resultados negativos del virus de inmunodeficiencia humana en hijos de embarazadas con VIH. Tan solo en 2018 fueron dados de alta 6 menores como niños sanos y este año se tiene a 7 en seguimiento y control.
La institución de salud señala que para lograr lo anterior se atiende a una embarazada desde el primer momento que acude a una unidad de salud y se oferta la prueba de detección del VIH para que su bebé no resulte infectado.
En este sentido, este año -hasta octubre- se han realizado 5 mil 637 detecciones en las unidades de salud.
Detalla la dependencia que si el resultado de la prueba es positivo, la embarazada es canalizada a un Centro Ambulatorio de Prevención y Atención en Sida y Transmisión Sexual (Capasits), en Colima, Tecomán y Manzanillo, en donde se proporciona atención especializada en VIH mediante un tratamiento adecuado y personalizado para que el bebé no nazca infectado.
De esta manera, a la madre infectada se le proporciona atención integral con apoyos multidisciplinarios de Medicina, Enfermería, Psicología y Trabajo Social. Actualmente, teniéndose actualmente a cinco mujeres embarazadas en este control y cuyos bebés nacerán en 2020.
La embarazada con VIH es derivada para que tenga sus consultas con el ginecólogo y se inicie a preparar el nacimiento del niño, con una fecha probable de parto, previendo que esta fecha sea antes para que se le practique una cesárea para evitar que el niño no tenga contacto con los fluidos, la placenta o la sangre de la madre infectada.
Al momento de la cesárea se proporciona un profiláctico al niño que está por nacer y a la madre que está o no en tratamiento para evitar un daño al bebé, mismo que cuando nace, se le tiene en observación hasta 2 años, si es necesario, para declarar su estado de salud.
Cuando nazcan los niños, concluyó, los bebés no van a tomar leche de la madre, sino que se proporciona el sucedáneo, atención que se proporciona durante 6 meses, período en el que el bebé entra a otro tipo de alimentación.