Las infecciones respiratorias agudas (IRAs), que aumentan en la temporada invernal, constituyen en el país la primera causa de morbilidad y de egreso hospitalario en los menores de 5 años, así como la primera causa de consulta en los centros de salud.
Datos de la Secretaría de Salud y Bienestar Social del Gobierno del Estado revelan que en este grupo de edad de menores, la frecuencia de estas infecciones es de 13 episodios por cada 100 consultas médicas, lo que representa dos a cuatro episodios de IRAs al año por niño, los cuales pueden complicarse con neumonía grave.
Estas infecciones son enfermedades transmisibles del aparato respiratorio que incluye desde el catarro común hasta la neumonía, pasando por el dolor de oídos, garganta, secresión nasal, dolor en los bronquios y garganta con evolución menor a 15 días.
Asimismo, se registra uno o más síntomas o signos clínicos como tos, rinorrea, obstrucción nasal, dolor de garganta al pasar líquidos o alimento, alteraciones en la calidad de la voz, respiración ruidosa y dificultad respiratoria, los cuales pueden estar o no acompañados de fiebre.
Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012, la mayor prevalencia de estas infecciones en menores de cinco años fue en el grupo de 7 a 11 meses con 50.5 %, en comparación con los niños de 2 a 6 meses entre quienes la prevalencia fue de 35.5 %. Y en menores de un año la prevalencia fue de 38.9 %.
También, ciento catorce niños menores de 5 años estudiados (0.8 %) del total, tuvieron diagnóstico de neumonía tres meses previos a la encuesta, de los cuales el 40.8 % fueron hospitalizados por esta causa.
Las recomendaciones generales para ello están en llevar oportunamente al menor de 5 años a las citas de vacunación para cumplimiento del esquema de neumococo, influenza y triple viral, así como, mantener la lactancia exclusiva hasta los 6 meses de vida y complementaria hasta los dos años.
Además, es necesario acudir a consulta médica ante los signos de alarma que presente el niño enfermo, como fiebre de más 38 grados; dificultad para respirar o respiración muy rápida; palidez extrema; labios, uñas de pies y manos amoratados; hundimiento de la piel entre las costillas, y escuchar un leve silbido al respirar.