Con el temporal de lluvias que se avecina, aumenta el riesgo de padecer las enfermedades transmitidas por vector como el dengue, zika y chikungunya, toda vez que el agua pluvial provoca que se abran los huevecillos que permanecen adheridos en paredes de depósitos y recipientes que están a la intemperie, con lo cual surgen larvas y, después, se forma el mosco transmisor de estos padecimientos.
Así lo advierte la Secretaría de Salud y Bienestar Social del Gobierno del Estado al explicar que los huevecillos que pueden permanecer en los recipientes durante dos años, eclosionan al recibir agua pluvial y humedad, lo que provoca el surgimiento de larvas que en 8 o 10 días se convierten en moscos volando en el ambiente.
Otro efecto de las lluvias es el incremento de los criaderos del mosco transmisor en las viviendas, los cuales se pueden formar en recipientes y objetos con agua que se encuentran en patios, azoteas y terrazas, así como en otros depósitos con agua como pilas, aljibes y tinacos.
Por ello, la dependencia señala la importancia de realizar en casa las sencillas medidas de lava, tapa, voltea y tira depósitos y recipientes que ya no son útiles, a fin de no tener objetos que acumulen agua y se conviertan en criaderos del mosco transmisor.
En este sentido, se recomienda a la población revisar cada semana su entorno y verificar que no haya recipientes con agua, ya que con estas tareas no se tendrán altas densidades de moscos y, por tanto, el riesgo de enfermar por dengue, zika y/o chikungunya será menor entre la población.
De acuerdo a la lectura que se dan a las ovitrampas instaladas en los 5 municipios de mayor riesgo, actualmente se tiene un porcentaje de riesgo medio por la densidad del mosco en el ambiente, lo cual se modifica por lo general con las lluvias debido al surgimiento de larvas y la formación de criaderos.
La dependencia indica que en este momento se tiene un promedio de 20% de casas positivas a larvas, tras los estudios entomológicos que se hacen mediante dos visitas para verificar la positividad antes y después de las acciones de control larvario que se llevan a cabo, la cual por lo general disminuye a un 3 por ciento