Especialistas señalan la necesidad de generar espacios para que todos los participantes de la cadena de sector pecuario hagan una alianza y planeen una nueva ruta de desarrollo.
La pandemia de covid-19 ha propiciado escenarios inéditos de productividad y comercio y formas novedosas de organización en el sector ganadero, según los panelistas del reciente foro virtual sobre producción ganadera y conservación de la biodiversidad.
El encuentro, en el que participaron 180 personas, fue organizado por el proyecto BioPaSOS implementado por el CATIE (Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza), en coordinación con el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), para entender los nuevos escenarios que plantea la pandemia para el sector pecuario.
Ileana Ávalos, consultora en política e institucionalidad del CATIE, y Mauricio Chacón, coordinador técnico de la Oficina de Acción Climática del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) de Costa Rica, coincidieron en señalar que la emergencia sanitaria obliga a nuevas formas de gobernanza del sector pecuario para funcionar mejor.
Chacón indicó que el coronavirus detonó la reorganización del abasto de mercado, la conexión entre productores e industria y plataformas de mercado virtual. También llevó a la identificación de nuevas necesidades de articulación, capacitación y códigos de comunicación virtual.
“La pandemia también es una prueba de ácido para la humanidad sobre los esquemas de gobernanza, sobre cómo hemos hecho las cosas”, señaló.
Por ello, dijo, el desafío es identificar el punto intermedio entre las partes y generar espacios para que todos los participantes de la cadena de sector pecuario puedan dialogar y hagan una alianza para obtener una nueva visión de hacia dónde va, en la que haya un flujo de información más dinámico, se mejore la conexión del sector financiero y se logre el desarrollo sostenible.
Ileana Ávalos indicó que ante la pandemia es necesario repensar la gobernanza a partir de las necesidades del sector pecuario, promover la colaboración, lograr un apalancamiento conjunto de fondos, considerar el rol del consumidor, avanzar en la interacción virtual entre los actores, encentrar nuevas formas de cooperación y crear nuevos esquemas de alianza hasta el consumidor.
Todo ello con el manejo de prácticas sustentables que mejoren los ingresos de los productores que conserven la biodiversidad y mejoren la productividad.