María Alejandra Cristobal, de 27 años de edad, dió a luz a su segundo bebe, incada sobre una cobija, en la recamara de su casa, mientras agarraba la mano de su esposo José y le pedía que la tomara fuerte mientras ella pujaba; su esposo ya había marcado al 911 pidiendo una ambulancia.
La madre dice que había acudido tres ocasiones antes a las instalaciones del hospital general de Manzanillo, donde una doctora le indicó que se fuera a descansar a su casa, que aún no era el momento y además, no había pediatra para recibir al recién nacido.
“Yo ya estaba tirando liquidos, eso no era normal, lo sabía porque era mi segundo parto, me dijeron que tenía tres centímetros de dilatación, que faltaba más y que regresara el lunes como a las 8 de la mañana”, narró la joven madre.
La tercera vez que acudía al hospital eran las 10 de la noche de ese domingo 15 de Noviembre, había “puente” vacacional y por eso les creyó que no había pediatra o quien le atendiera en el parto.
“Decidí hacerles caso sabiendo que no era normal que ya estuviera tirando liquidos, llegue a mi casa sin poder dormir yo ni mi esposo y cerca de las dos de la mañana comenzaron fuertes síntomas de parto, no había tiempo”, dijo.
María Alejandra, quien vive en Valle Paraíso, por la carretera a Chandiablo, que su esposo José llamó a pedir una ambulancia y ella solo tenía fuertes contracciones; tenía que pujar y empujar fuerte, pero antes, como pudo saco un “cobertor” y lo puso en el piso, se hinco sobre él y se encomendó a dios.
“Sabía que tenía que pujar, si no lo hacía mi bebe se podía morir ahogada y a la tercera vez lo hice con tanta fuerza que logró salir y caer en el cobertor; de ahí la tome, es una niña; cuando llegó la ambulancia ya había pasado todo”, explicó.
Dijo que la llevaron al hospital general de Manzanillo, donde la recibieron quienes 4 horas antes la habían mandado a su casa y lo hicieron no solo incredulas, sino tratando de justificarse porque ahí, en ese momento, ya estaba la pediatra que horas habían dicho que no estaba en el hospital.
Cuenta que la pediatra le aclaró que siempre estuvo ahí, pero no fue notificada.
Este hecho, dice que quiere que se sepa para que las autoridades no permitan que se repita un hecho de ese tipo porque se pone en peligro la vida del bebe y de la mamá.
“Yo por fortuna estoy bien y mi hija esta bien; que la van a tener tres dias en observación para asegurarse que está bien; pero no es garantía de que a otra madre tenga tanta suerte si lo llega a tener en casa”, concluyó.