La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) y la Secretaría de Marina (SEMAR) han realizado, de 2013 a 2018, diez Operativos de inspección y vigilancia en el Área Natural Protegida Parque Nacional Revillagigedo (PNR), por lo que se han levantado 13 actas circunstanciadas y 2 actas de inspección.
Lo anterior debido a la revisión física de embarcaciones turísticas que arriban a la Isla Socorro, donde se supervisa que cuenten con autorización de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) para el buceo autónomo; que hayan efectuado el pago de derechos; y se realice el manejo y disposición adecuada de desechos sólidos, aguas residuales y aceites gastados. Para ello se solicita la documentación probatoria correspondiente.
El titular de la PROFEPA, Guillermo Haro Bélchez, en gira de trabajo, llevó a cabo un recorrido de campo en el Área Natural Protegida Parque Nacional Revillagigedo, con el objeto de revisar y acordar con el Mando Naval sobre el Plan Operativo de Inspección y Vigilancia a aplicar en este sitio, de poco más de 14 millones de hectáreas.
En ese sentido, fue expuesto el seguimiento diario de embarcaciones pesqueras mediante el sistema de vigilancia satelital con el que cuenta la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (CONAPESCA), y la coordinación permanente con la Secretaría de Marina (SEMAR), al reportar las situaciones anómalas.
La supervisión de proyectos y autorizaciones diversas otorgadas por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) para el desarrollo de obras y actividades, investigaciones, estudios, control de especies exóticas, colecciones, etcétera, levantándose en su caso las actas correspondientes.
También, la PROFEPA ha asesorado al personal de la SEMAR para el manejo de combustibles y disposición adecuada de basura y residuos peligrosos en el campamento militar, instando el reciclaje, por lo que se fomentó un reglamento local.
Asimismo, ambas dependencias federales han hecho recorridos de campo en la periferia de la isla, verificando las condiciones ambientales prevalecientes en la misma, particularmente en lo relacionado al grado de erosión que ha sufrido y, en su caso, proponer las medidas de contención y/o de mitigación necesarias.
Cabe señalar que desde noviembre pasado, la Reserva de la Biosfera cambió de categoría a Parque Nacional, aumentando además su extensión en 23.2 veces, al pasar de 636 mil hectáreas a 14 millones 808 mil setecientas ochenta hectáreas, lo que implica un ambicioso y extenuante trabajo de vigilancia, en consideración de que se prohíben totalmente las actividades pesqueras en todo el nuevo polígono que abarca el PNR.
A fin de fortalecer las acciones de vigilancia en este extenso Parque, la PROFEPA, en coordinación con la SEMAR y CONANP, han iniciado el desarrollo de un proyecto que será postulado ante el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés), y buscará el apoyo de financiamiento a largo plazo para fortalecer la coordinación interinstitucional, para la protección de la biodiversidad en el Parque Nacional Revillagigedo.
Recordemos que esta Procuraduría, a través de la Delegación Federal de la PROFEPA en el estado de Colima, realiza cada año dos operativos de inspección y vigilancia en el Archipiélago de Revillagigedo, en los meses de abril y noviembre que son los de mayor incidencia turística en la región, a fin de preservar la zona y evitar prácticas que dañen el ecosistema en el lugar.
El PNR se localiza en el Pacífico Tropical Mexicano, a 382.7 kilómetros de Cabo San Lucas, Baja California Sur, y a 661.6 kilómetros de Manzanillo, Colima. El 27 de noviembre del 2017 fue decretado el Parque Nacional Archipiélago de Revillagigedo (PNR) con una extensión equivalente a la superficie total del estado de Coahuila o siete veces el territorio del estado de México, incluso 100 veces más grande que la Ciudad de México.
Los rasgos principales que hacen único al PNR, son sus características insulares y los procesos geológicos que lo constituyen como un laboratorio natural; además del ofrecimiento de grandes expectativas para el estudio de procesos de colonización, dispersión y adaptación de especies.
Tiene la designación internacional de Sitio Ramsar por la Convención de Humedales Patrimonio Mundial, pues entre sus ecosistemas y procesos ecológicos más notables tenemos que mantiene un alto porcentaje de reserva genética del Pacifico Oriental. También, en él se reproducen y habitan numerosos peces de importancia comercial como el atún, tiburón y langosta. De este lugar, resulta de primordial interés, para el mejor conocimiento de los sistemas insulares, el estudio de los procesos geológicos, oceanográficos y ecológicos.
En el año 2016, la UNESCO declaró al Archipiélago de Revillagigedo como Patrimonio Natural de la Humanidad al considerar, para su inscripción, que posee una belleza natural y un valor estético excepcionales; es un ejemplo representativo de procesos biológicos y ecológicos de los ecosistemas marinos y, contiene hábitats naturales para la conservación in situ de la diversidad biológica, en particular de especies amenazadas que tienen un valor universal.
Cabe resaltar que en las aguas ricas y productivas de la región de Revillagigedo existe un elevado número de especies de corales (25), moluscos, equinodermos, crustáceos, peces (366), pelágicos y elasmobranquios como tiburón martillo (Sphyrna lewini), tiburón puntas blancas (Carcharhinus albimarginatus) y manta gigante (Mobula birostris); además de ser una zona de anidación, alimentación o reproducción de cuatro especies de tortugas marinas: laúd (Dermochelys coriacea), golfina (Lepidochelys olivacea), carey (Eretmochelys imbricata) y verde o blanca (Chelonia mydas), todas incluidas en la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010, al igual que diversos mamíferos marinos que tienen sus zonas de alimentación o reproducción en el área, como la ballena jorobada (Megaptera novaeangliae), delfines y zífios.
Asimismo, se considera que el PNR contribuye a mantener la conectividad de ecosistemas del Océano Pacífico, incluyendo otras áreas protegidas en ese extenso corredor marino como el Atolón de Clipperton, las Islas Galápagos y la Isla del Coco, en Costa Rica.
Actualmente, quedó prohibida en la zona que abarca el PNR toda actividad pesquera, así como la extracción de cualquier recurso natural y la construcción de infraestructura hotelera; por lo cual se plantea un gran reto para mantener su estado de conservación y, sobre todo, garantizar su protección y la preservación de los recursos naturales ahí existentes.