La Megalopyge opercularis, mejor conocida como “oruga peluche” es un insecto artrópodo que tiene su cuerpo cubierto por pelo largo y exuberante en colores de blanco grisáceo a marrón dorado, bajo el cual tiene espinas venenosas que causan dolor intenso como la picadura de avispa y puede generar afectaciones en el sistema nervioso.
El insecto descubierto en 1797 habita el este de los Estados Unidos entre Carolina del Norte y Florida, en algunas partes de América Central como en Argentina y ha sido detectado en Monterrey, Nuevo León y recientemente en un parque de la ciudad de Guadalajara, Jalisco.
Se describe que su piel peluda la usa como cubierta protectora mientras se convierte en pupa, pero posee espinas venenosas que causan dolor intenso al contacto con la piel humana, provocando ardor e inflamación hasta por 12 horas.
Su veneno cuenta con neurotoxinas que pueden afectar –según la parte del cuerpo afectada- al sistema nervioso y causar nauseas, dolor de cabeza, dolor abdominal, entumecimiento y dificultad para respirar.
En el estado de Colima no se han detectado casos de personas afectadas por esta especie la cual se puede encontrar en robles, olmos, algunos cítricos y en plantas de jardín como las hiedras.
Se estima que su picadura es baja en extremo, y que el insecto no ataca sino que su veneno lo utiliza para proteger sus huevos de las hormigas y su excremento para evitar se atraigan los parásitos.
Sin embargo se alerta a la población de abstenerse de tocarlas y evitar al máximo que los niños lo hagan a pesar de la curiosidad que despiertan estos animales del orden lepidóptera por su atractivo color.
Para los primeros auxilios se recomienda que si existen las espinas en la herida se retiren usando cinta adhesiva para evitar contacto.
Es altamente recomendable acudir de inmediato al médico y evitar la automedicación para que el profesional de la salud indique el tratamiento adecuado a la persona afectada según su edad y grado de afectación.