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sábado, abril 27, 2024
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QUOD SCRIPSI, SCRIPSI

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LA INQUINA COMO «ARGUMENTO». Quienes han visto el desempeño del Capitán Héctor Mora Gómez como director general de la Administración Portuaria Integral de Manzanillo saben a cabalidad que es un hombre dispuesto a servir, atento a aportar, preparado para ayudar a la sociedad manzanillense porque a lo largo de su vida ha sido precisamente un dador, un hombre sensible y humano, pero ello que no quiere decir que ande buscando un cargo de elección popular como elucubran los periodistas oficiales del griseldismo que lloran como mujeres lo que no han sabido defender como hombres.

No ha sido una sino numerosísimas veces las que, en distintas reuniones y eventos, el Capitán Mora ha dejado en claro que ni aspira a ni busca un cargo político.
«No es mi intención ni es lo mío», ha declarado reiteradamente el director general de la operadora portuaria.
Que los manzanillenses vean en el Capitán Mora a un hombre de gran disponibilidad para servirlos, y que éste, siguiendo la tónica y la línea nacional que en materia de puertos ha trazado el presidente Andrés Manuel López Obrador en el sentido de que los puertos «deben servir a la gente y convertirse en ejes del desarrollo de las ciudades donde se asientan» no significa que Mora Gómez esté compitiendo con la alcaldesa a la que no solo ha dado su lugar, sino ha tendido la mano sin respuesta visible.
Si algo ha caracterizado al director de la API es la caballerosidad y la decencia con que se ha conducido en la vida pública, muy a pesar de lo que señalan los canarios oficiales de la primera edilesa, quien ha insistido, ella sí, en una campaña de odio contra el funcionario federal a quien incluso ha acusado de denostarla y de ejercer en su contra «violencia política y de género» en tanto abundan evidencias de la cordialidad y el respeto que Mora le ha prodigado.
Las obras compensatorias de que hacen mención los amanuenses de la alcaldesa, forman parte de los proyectos que se procuran para beneficiar a los manzanillenses para atenuar el impacto que las molestias de la actividad portuaria les causan; no son obras de promoción política ni de impulso electoral como pretenden dibujarlas los voceros de la municipalidad.
Mal hacen quienes pretenden desorientar a la opinión pública enrareciendo con ditirambos y alabanzas a una presidente municipal que poco abona a la colaboración y a las buenas relaciones con los demás órdenes de gobierno y que dedica muchísimo tiempo -y notoriamente dinero, ella sí-, a descalificar, a atacar, a agraviar y a acusar a quienes ve como molinos de viento en sus andanzas por la política en las que cada día se percibe más polémica porque se muestra negada al diálogo y a la cortesía política hasta con los de su partido.
Es claro, y así lo ha dejado ver el Capitán Mora, que la política no es lo suyo y por esto ha señalado insistentemente que una vez que concluya su encomienda al frente del puerto más importante del país, regresará a su empresa a seguir bregando en la iniciativa privada, de donde fue llamado a ocupar el puesto que detenta.
El periodismo no debe servir como arma tribal ni el periodista como tirador de oficio. Eso envilece y denigra hasta las mejores plumas.
A nadie conviene la decantación, el desgaste, de una relación que debiera ser modelo de servicio a la sociedad entre funcionarios e instituciones, como bien ha instruido a lo largo y ancho del país el presidente de la República, cuyo buen juicio enaltece precisamente el respeto y la cooperación entre los tres niveles de gobierno.
El hachón con que pretenden incendiar la convivencia política sana y respetuosa que el director del puerto ha llevado con el primer mandatario del Estado y con los representantes del pueblo en el Congreso local y el federal contamina con el humo de su inquina y de su perversidad el ambiente político de la región. Se busca generar confusión recurriendo a una imaginación tormentosa puesta al servicio de quien ve enemigos a cada paso que da.
No es vituperando y augurando desgracias y fatalismos como se cimenta una relación indispensable para la buena marcha de proyectos ambiciosos que le harán mucho bien a Manzanillo. No es pregonando falsedades e insanias como se avanza en la vida pública. Bien le hará a la presidente municipal estar atenta a los constantes llamados que públicamente le ha hecho el Capitán Héctor Mora a estrechar una relación cordial y amable en favor de Manzanillo. Mal se ven quienes la desorientan y extravían intrigando con fines aviesos y confundiéndola.
El director de API ha sido transparente en su relación con el ayuntamiento, y aunque ha precisado siempre que no buscará un cargo de elección, no es su culpa que los ciudadanos, los líderes, los gestores, las asociaciones civiles, los grupos empresariales, sindicales y hasta culturales, acudan a él en busca de ayuda. En todo caso eso refleja que los manzanillenses se acercan a quienes los tratan bien.

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