La senadora Ana Karen Hernández destacó la aprobación de la nueva Ley General de Aguas como un avance histórico para garantizar el derecho humano al agua en condiciones de igualdad, dignidad y justicia.
Durante su posicionamiento en tribuna, la legisladora subrayó que la reforma prioriza el consumo humano y doméstico por encima de intereses privados y garantiza el agua necesaria para la producción de alimentos, fortaleciendo la soberanía alimentaria.
Asimismo, resaltó que la legislación combate el acaparamiento, la sobreexplotación y el mercado ilegal del agua, dejando atrás la visión de este recurso como mercancía y estableciendo mecanismos transparentes y anticorrupción en su gestión.
Hernández enfatizó que la ley reconoce y protege los sistemas comunitarios de agua, amplía derechos para pueblos indígenas y afromexicanos, y establece reglas más estrictas contra el desvío de recursos y la corrupción institucional.
“La transformación también se refleja en la forma en que cuidamos el agua: con justicia social, eficiencia y responsabilidad pública”, declaró la senadora, afirmando que, desde el Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo, se respaldó la reforma por colocar a las personas y comunidades en el centro de la política hídrica.





