Representantes de siete países reflexionaron sobre la normativa de la innovación en mejoramiento vegetal y el aprovechamiento de sus productos.
Los países de América Latina deben trabajar más unidos en materia de regulación sobre el uso de nuevas tecnologías e innovaciones en el mejoramiento vegetal, para fomentar la productividad agrícola y alimentaria y crear estrategias de difusión para su aceptación, señalaron especialistas en un simposio sobre el tema en Ciudad de México.
Representantes de instituciones públicas de este país, universidades, centros de investigación, empresas agrícolas, funcionarios de agencias regulatorias y miembros del sector privado de Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos y Honduras reflexionaron sobre el estado regulatorio de la innovación en mejoramiento vegetal y el aprovechamiento de sus productos.
Se mencionaron experiencias en las legislaciones de Argentina, Brasil, Chile, Paraguay, Canadá, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, Honduras, Guatemala, Australia y la Unión Europea.
En la inauguración del simposio, Leobigildo Córdoba, Director del Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas (SNICS), habló del reto de alcanzar la autosuficiencia alimentaria y de la necesidad de que ciencia y tecnología detonen el desarrollo del sector agroalimentario con marcos regulatorios claros.
Diego Montenegro, Representante en México del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), exhortó a los asistentes a trabajar en la generación de políticas públicas, marcos normativos, cadenas de valor y en la asociatividad de los productos para fomentar el desarrollo de una agricultura 4.0.
Mario Puente, director de la Asociación Mexicana de Semilleros (AMSAC), destacó la importancia del desarrollo genético en la generación de semillas, para contrarrestar los efectos del cambio climático y las plagas, para contribuir al desarrollo y reducir la brecha de la pobreza.
Destacó que en el caso de México se producen alrededor de 750 alimentos, de los cuales 38 son estratégicos para el sector agrícola del país porque representan el 75 % del valor de la producción agrícola total.
Pedro Rocha, especialista en Biotecnología y Bioseguridad del IICA, destacó la necesidad de promover los beneficios que aporta el uso de la biotecnología, garantizar la transparencia de su uso para tener predictibilidad sobre una decisión, la relevancia de la aplicación de la ciencia responsable, el respeto por los contextos culturales y la soberanía de cada país para la generación e implementación de sus respectivos marcos regulatorios.
Los especialistas consideraron que entre los desafíos mundiales se encuentran la seguridad alimentaria, la sustentabilidad y el cambio climático por lo que destacaron la necesidad de promover, instaurar y fomentar las actividades tendientes al desarrollo científico, tecnológico y de innovación para el sector agroalimentario.
Resaltaron el potencial económico que representa para el comercio internacional el uso de las nuevas tecnologías, agrupadas bajo el nombre de biotecnología de precisión, y la importancia de actuar con criterios científicos robustos que garanticen la seguridad de sus productos mediante una regulación basada en criterios precisos y análisis transparentes.
La innovación en el mejoramiento vegetal se caracteriza por el empleo de técnicas avanzadas de biología molecular que facilitan modificaciones específicas, precisas y eficientes de pocos nucleótidos dentro de un locus, con lo cual se generan productos que podrían ser obtenidos mediante mutaciones naturales, pero en un tiempo mucho menor.
Aplicaciones
Beatriz Xoconostle, investigadora del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (CINVESTAV), ofreció detalles técnicos sobre la edición de genomas, específicamente a través del uso de CRISPR-Cas y las aplicaciones de la tecnología en diversos campos, en particular para el sector agrícola.
Wayne Parrot, profesor de ciencias de cultivos en la Facultad de Ciencias Agrícolas y Ambientales de la Universidad de Georgia, mostró cómo la edición génica permite actuar sobre tres temas de enorme relevancia para la generación de nuevas variedades vegetales: en la supresión de rasgos indeseables, en el intercambio de alelos no favorables por favorables y en el uso de genes de otras especies.
Los especialistas compartieron las experiencias de desarrolladores de cultivos mediante la aplicación de las nuevas técnicas biotecnológicas y modelos de negocio, y señalaron cómo las regulaciones actuales de los países que las poseen indagan sobre la naturaleza transgénica o no del producto que se espera introducir, ya que si es considerado OVM deberá seguir la ruta definida para tal fin por cada legislación y, en caso contrario, el producto se trataría con la legislación aplicable a un producto convencional.
Ricardo Aranda, de la Secretaria de Economía de México, presentó algunos aspectos relacionados con convenios internacionales de este país, como el Tratado México, Estados Unidos y Canadá (TMEC) y el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), en cuanto a temas como derechos de obtentor de variedades y uso seguro de la biotecnología.
Los especialistas destacaron la importancia de la comunicación y la percepción pública sobre las técnicas que conforman la innovación del mejoramiento vegetal.