Estamos de regreso, y como siempre desglosaremos un tema de interés, hoy en boga como lo es la guerra sucia política, y aquí les va mi supositorio del día: Según Jean Pictet, escritor suizo, nacido en Ginebra en 1914: “La guerra sucia consiste en emplear la coacción necesaria para obtener un resultado. Dice que no tiene objeto toda violencia que no sea indispensable para alcanzar esa finalidad. Por lo tanto, si tiene lugar, es absolutamente cruel y estúpida”.
Estos términos los emplearemos tácitamente aterrizados en lo que se refiere a las campañas políticas locales, en la clara observancia de cómo se vienen polarizando los hechos, con el único objetivo de lograr las posiciones políticas que se han planteado los actores que se dedican a distribuir la inmundicia sin ton ni son, ya no como una táctica, sino como una forma de vida.
En el tenor estatal, el tema que marcó la agenda de la semana fue la puesta en venta del avión gubernamental, donde el pasado martes 14 de abril se publicó en los medios de comunicación espacios pagados para “vender” en casi 46 millones de pesos el inmueble del erario estatal, lo que obligó a la ciudadanía a cuestionar también los argumento empleados por el candidato a la gubernatura por el Partido Acción Nacional, Jorge Luis Preciado.
Los cuestionamientos son: ¿Si son observados lo gastos onerosos del gobierno del estado, no son ostentosos los que él hace teniendo por ejemplo el arranque de campaña y todo el dinero que se ha gastado en publicidad?.. En la parte que refiere a los gastos lujosos, habría que preguntar: ¿Cuánto cuesta el castillo de Montitlán?… ¿Estaría dispuesto a venderlo y destinar los fondos a programas sociales como becas, zapatos y útiles escolares para estudiantes?…
Queda claro que para lograr su objetivo, que es vencer, a un Estado implicado en este conflicto electoral, tratará de destruir o debilitar el potencial bélico del enemigo, con el mínimo de pérdidas para sí mismo, por ello es mejor hablar del de enfrente, sin analizar lo propio; pero dejando en el entendido que las debilidades de Jorge Luis, también son muchas.
Por lo que refiere a Manzanillo, la bizarría conformada en mezcla perfecta formando el binomio plecostumus, se han dedicado a denostar la figura de un político que ha dado mucho a Manzanillo, y que como no tienen argumento alguno sustentado, utilizan los medios en que se suscriben para denostar, vituperar, y descalificar rebasando los límites de la libertad de expresión, convirtiendo en un libertinaje burdelesco –extracto natural de quienes profieren los comentarios- carentes de toda ética y profesionalismo, pero dejando en claro también que quienes cubren sus honorarios están dando patadas de ahogado en su bajo nivel de aceptación en esta campaña electoral 2015.
Entendemos que estos individuos contribuyen directamente en el esfuerzo bélico recalcitrante, utilizando todos los argumentos de la guerra sucia posibles y buscan con eficacia debilitar las fuerzas vivas del adversario. Pero en lo humanitario, el razonamiento es diferente: la ciudadanía exige que se profiera la honestidad, que clama a gritos como un valor que deba tener cualquier político, la lealtad, en la forma de ser respetuosos de las reglas morales que deben regir una elección respetando las vidas privadas, La legalidad como una herramienta de construcción y las propuestas como una forma de capitalizar la palabra empeñada una vez logrado el triunfo electoral con el cumplimiento de los dichos.
Pero parece que lo que no saben estos estrategas políticos, que cada vez que se utiliza la guerra sucia, el que gana es el que hace propuestas. Lo dicho, quien utiliza la guerra sucia es como la zorra, no se ve su cola, es cuánto. Pero por hoy el espacio se termina y como dijo Don Chuyaco…¡Adió!…