La diputada federal por Colima, Claudia Yáñez Centeno y Cabrera (Morena), exhortó a la Comisión Reguladora de Energía (CRE) a reajustar y reclasificar las tarifas eléctricas en esa entidad federativa, “tomando en cuenta el costo ambiental que produce la central termoeléctrica de Manzanillo, y que impacta en los sectores de pesca y turismo”.
Asimismo, le pidió que establezca una metodología que beneficie a los usuarios con tarifa doméstica y a los diferentes sectores económicos como agrícola, ganadero, pesquero, acuícola, pequeña y mediana industria, comercios, entre otros.
En un comunicado, informó de la presentación de un punto de acuerdo, ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, en el que argumentó que “la política energética actual debe buscar y fomentar un equilibrio responsable entre las tarifas eléctricas en relación con los costos y los daños ocasionados al medio ambiente por la Central Termoeléctrica ‘General Manuel Álvarez Moreno’, de Manzanillo, y se debe revertir el daño ecológico a través de tarifas eléctricas accesibles para la población de Colima y de otras entidades federativas”.
Señaló que “otra de las consecuencias de la grave contaminación por parte de la central termoeléctrica es la reducción de la actividad pesquera y también se ha visto afectado el sector turístico en la ciudad y puerto de Manzanillo, afectando a miles de pequeñas empresas y a la población que se dedica a esta actividad económica”.
Yáñez Centeno y Cabrera refirió que en enero de 2018 la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) multó por 1.3 millones de pesos a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), a la Central Termoeléctrica “General Manuel Álvarez Moreno”, por incumplir con la legislación ambiental vigente, pero eso no es suficiente para resarcir las afectaciones a la población.
“En aquella ocasión, la sanción económica impuesta a la paraestatal fue en virtud de que el laboratorio que realizó las mediciones de las emisiones a la atmósfera, provenientes de sus equipos de combustión, identificadas como Unidades de Generación de Energía 09, 10, 11 y 12, no se encontraba aprobado por la Profepa, como de hecho lo sigue estando”, apuntó.
“La situación persiste, pues en los últimos días dicha central termoeléctrica fue vista contaminando con dos gruesas columnas de humo negro intenso que intoxica gran parte de la zona y afecta el ecosistema de la región; y en ocasiones parece un enorme incendio color oro. Además, se observa que en la zona se descargan aguas residuales al mar, una vez que fueron utilizadas para enfriar las calderas”, abundó.
La diputada federal apuntó que “a lo largo de los años que tienen en operación las instalaciones de la Termoeléctrica de la CFE en Colima, diversos sectores de la sociedad colimense han mostrado su inconformidad con la contaminación que genera en la zona, que se manifiesta en infecciones respiratorias agudas, asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), que son considerados como los padecimientos que más se relacionan con la contaminación atmosférica tanto en el área rural como en la urbana”.
“Eso, sin contar que en agosto de 2016 un ducto de la empresa Petróleos Mexicanos (Pemex) que abastece a la central eléctrica de la CFE en Manzanillo sufrió́ una ruptura, y la consecuente fuga de por lo menos 80 mil litros de combustóleo que contaminaron de manera importante la zona de manglar de la Laguna de Cuyutlán, lo que causó severos daños al equilibrio ecológico de la región y lesionan la economía y salud de los pescadores y de los pobladores en general”, externó.
“Esa es una de las razones, indicó, por las que la actividad pesquera se ha visto severamente disminuida, ocasionando una crisis económica al sector y de igual forma la maricultura y la acuacultura lagunar se han visto afectadas por el deterioro ocasionado por la contaminación y los desechos vertidos por la Central Termoeléctrica”, agregó.
Yáñez Centeno y Cabrera concluyó “que la CRE requiere establecer un estudio ecológico ambiental y una metodología que establezca, junto con la CFE un tabulador básico que equilibre los consumos de energía eléctrica con respecto a las diversas épocas del año y revierta, a favor de la población, los daños ocasionados por los altos índices de contaminantes en Manzanillo, que genera la termoeléctrica, y reconsiderar y reclasificar las tarifas de interconexión aprobadas el 28 de mayo de 2020 por la CRE”.