Sábados y Domingo las Misas Serán a Puerta Cerrada

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La situación sanitaria de las familias de nuestra Diócesis, de nuevo se vuelve vulnerable frente al incremento de los contagios por Covid-19. La situación es alarmante y nos preocupa a todos. Las autoridades civiles han decretado mayores restricciones para evitar que la situación se salga de control y nos afecte todavía más de lo que ya hemos sufrido. Entrar en semáforo rojo significa que: frente a mayores contagios, los servicios de salud se ven rebasados no solo en capacidad, sino también en recursos y personal para asistir a los enfermos.
Las medidas de restricción que, indiscutiblemente afectan a todos los ciudadanos, reflejan las estrategias y las maneras factibles para prevenir la propagación del virus. Cada uno de nosotros debemos poner de nuestra parte para ayudar a los demás, especialmente a los que están en mayor riesgo; debemos ser corresponsables en el cuidado de los demás. Velar por la salud y el bienestar de nuestros hermanos es una tarea y una misión no solo humana, sino también cristiana.
Después de reunirme con el Consejo Presbiteral y frente a las disposiciones para estos próximos días de emergencia, les exhorto a que primero: reconozcamos que los templos son lugares seguros frente al contagio, si se siguen tomando los protocolos de salud y aforos del 25% durante semáforo rojo. Segundo, recordemos que la atención de los fieles, los sacramentos y la vida de fe y de oración son esenciales para el fortalecimiento del pueblo de Dios, principalmente en estos momentos de calamidad. Y tercero, dispongámonos a poner todo lo que está de nuestra parte para no bajar la guardia e incluso aumentar las debidas precauciones y cuidados. Por lo que aconsejamos para estos días:

  • Seguir desde casa las celebraciones Eucarísticas y fiestas patronales.
  • Entre semana podrá haber atención parroquial hasta antes de las 8:00 pm, con todos los protocolos de salud.
  • Se hace el llamado a evitar aglomeraciones y, aunque los templos están cerrados o con mínima participación, estar al pendiente de los protocolos que brinde cada sacerdote.
  • los sábados y domingos las Misas serán a puerta cerrada y transmitidas en vivo; en caso de acudir al templo para orar, respetar y atender con mayor cuidado las medidas sanitarias.
  • Posponer o reorganizar, con conciencia y responsabilidad, sacramentos y sacramentales.
    Les invito a corresponder con espíritu de fe y caridad a las disposiciones que deseamos seguir, para prevenir situaciones todavía más dificiles. Intensifiquemos, hermanos, nuestra oración por las familias que están sufriendo la perdida de sus seres queridos y aseguremos nuestra cercanía, por los medios que nos sean posibles, para acompañarlos en su dolor y ofrecerles el consuelo que Dios por medio de su Iglesia les quiere ofrecer.
    Encomendamos a Dios la situación de todas las familias, comunidades e instituciones de nuestra Diócesis para que, por intercesión de Santa María de Guadalupe, San Juan Diego, San Felipe de Jesús y San Miguel de la Mora, nuestros santos protectores, nos veamos libres de los males que nos asechan, y con la ayuda de Dios superemos juntos esta pandemia.
    Que Dios nos proteja y que sostenga nuestra oración: