Es común que dentro de tus objetivos más de alguna vez haya estado modificar o mejorar tus hábitos de alimentación.
Y es probable también que te hayas hecho el siguiente cuestionamiento:
¿Por dónde comenzar?
Comúnmente estamos rodeados de consejos, recetas mágicas, dietas, remedios y más, que nos aseguran ser la solución a un estilo de vida más saludable. Que si la dieta vegetariana… que si dejar de consumir tal o cual grupo de alimentos, que si basar nuestra dieta en jugos y licuados, que si sólo alimentos orgánicos… que si hacer colaciones…que si ayunar… etc.!
Aunque es verdad que habrá situaciones que nos favorezcan a la generalidad, por ejemplo la higiene (a todos nos hace bien comer alimentos higiénicamente preparados). La realidad es que pueden existir cantidad de estilos de alimentación saludable como personas en el mundo. Porque lo que va bien y acorde conmigo, no precisamente puede ir contigo. Serán distintos gustos, distinto entorno, la disponibilidad y variedad de alimentos cambia, el ritmo de vida y su implicación en horarios y tiempos para preparar y para consumir nuestros alimentos, etc.
Además de esto, fenómenos como la industrialización alimentaria están presentes en nuestro día a día, así que difícilmente lograríamos apegarnos a una extremista teoría de alimentación saludable.
Y entonces volvemos a la pregunta… ¿por dónde comenzar? ¿Qué es lo que SI esta a mi alcance modificar? Iniciemos por responsabilizarnos de nuestras elecciones, o elegir conscientemente.
Planifica tus comidas; hora, lugar, tiempo destinado, compañía, etc.
Planifica tus compras, de tal manera que puedas comprar en su mayoría alimentos frescos. Lee las etiquetas de los productos que compras, conoce sus ingredientes, su origen, fechas de caducidad, empaques, etc. Compara productos, compara marcas, compra calidad.
Elige métodos de preparación favorables; cuida la calidad de cada uno de los ingredientes de tu platillo, resalta además de su sabor sus propiedades nutricionales.
Disfruta; sin excesos, sin carencias. Con la convicción de que encuentras tu equilibrio, el que te dice tu cuerpo que va bien contigo.
Y recuerda: Que cada paso que des, te lleve más cerca de ese estilo de vida saludable que quieres lograr. El propio, el tuyo.
Clave de alimentación: La Flor de Sal y los Oligoelementos
Probablemente habrás escuchado que consumir sal puede ser perjudicial para tu salud. Pero existen distintas variedades de sal, entre ellas la flor de sal. ¿Conoces sus beneficios?
La Flor de Sal contiene apenas 30% de sodio, (la sal común contiene 99%) además contiene la mayoría de los oligoelementos necesarios, por lo cual se sugiere a quienes padecen diabetes, problemas en el corazón o presión arterial alta, principalmente.
Tabla periodica¿Que son los oligoelementos?
Los oligoelementos son elementos minerales presentes en nuestro organismo en concentraciones muy bajas, pero son esenciales para el correcto funcionamiento de las reacciones metabólicas de nuestro organismo y cada uno cumple con una función muy específica, por eso la importancia de asegurar su ingesta.
Por ejemplo:
- · Cromo: Uso de azúcar en el organismo
- · Hierro: Síntesis y función de la hemoglobina, acción de las enzimas en la producción de energía, producción de colágeno.
- · Manganeso: Es estructura de huesos, dientes y participa en las funciones musculares
- · Cinc: Inmunidad y curación, vista normal y cientos de actividades de las enzimas.
- · Flúor: Fijación del calcio en los huesos y los dientes
- · Yodo: Producción de energía (como componente de las hormonas tiroideas)
Es por eso que el uso de la flor de sal, además de reducir riesgos y complicaciones en personas con enfermedades, es un alimento funcional, que brinda beneficios extra a personas sanas y es un excelente aliado para cuidar tu salud.
Dónde comprarla: Tienda en línea
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