La España que más ha merecido un hasta siempre con todos los honores cerró su relato de hadas de forma espantosa, con un chasco mundial.
Una pesadilla de campeonato para el resto de los tiempos, como también prevalecerán sus éxitos. Ante Chile, el campeón siguió en la lona, sonado por completo tras el desplome monumental con Holanda. No hubo campana que le salvara y el borrón es de tal calibre que La Roja, sin tinte y rasgada, se convirtió en la primera selección eliminada en Brasil, el mismo trance que la irrelevante Australia. Desde Francia 1998, el equipo no dejaba un Mundial por la trasera, en la primera ronda. Entonces, España tenía metabolizado hasta el hueso el pesimismo crónico.